Vivimos en un
mundo de excesos, de usar y tirar, de pensar en uno mismo y como mucho en el círculo
más cercano.
Más de la mitad
de la humanidad pasa hambre y tiene un acceso muy limitado o casi nulo al agua,
esta realidad la sabemos. ¿A alguien le importa de verdad? Pues sinceramente no
se nota esa preocupación, sobre todo miro y le hago esta pregunta a políticos y
grandes empresarios, pero claro como les van a importar las personas de zonas
pobres, si les importa un pimiento las de aquí.
El ser humano es
incapaz de compartir, de ayudar de verdad, con un poco y solo un poco de
esfuerzo de todos los países del mundo, se lograría reconstruir y desarrollar a
los países del tercer mundo, seria suficiente y se podría como mínimo erradicar el hambre y la sed en el mundo.
Pero claro si
por cada millón de euros que llega a uno de estos países, se gastan 100
millones, en explotarlos, esclavizarlos, en destruirlos y financiar gobiernos
corruptos, señores de la guerra y grupos terroristas, pues claro las cosas
están como están.
Hacen falta
políticos y empresarios con alma, algo que parece utópico, pero lo primero que
necesitan todos los países con su mayoría de población en la más extrema
pobreza, es que sus dirigentes sean honrados y se preocupen por los suyos. Así
podrían aprovechar las zonas de cultivo, proteger sus alimentos y sus recursos
y así poder vender sus recursos a precios lógicos y de los que se beneficiaría
todo el pueblo.
Con solo
gestionar bien sus recursos y no permitir la explotación y esclavización por
parte nuestros países, sería suficiente.
Necesitan que sus jóvenes puedan estudiar y formarse, con una buena educación
serán capaces de cambiar sus estados y no dejarse pisar.
Quédense con el
título, es una pregunta que me hago y no he hallado aun corroboración científica,
porque somos maravillosos en muchos aspectos, pero somos el peor ser que habita
este planeta con nuestros congéneres y con el resto de seres. Por desgracia
algún día, el tiempo nos pondrá en nuestro sitio y nos devolverá aquello que
hemos sembrado, ni más ni menos.
Pero hasta
entonces intentemos cambiar las cosas, denunciar a diario que la mayoría de
humanidad no tiene que comer, beber y viven en una constante guerra y eso es,
por nuestra exclusiva culpa, por los poderes y por nuestra falta de empatía
profunda a todos los niveles de nuestra sociedad, sobretodo de aquellas
personas que tienen el poder y los medios de cambiar de verdad el mundo.
Podemos dominar
una tecnología cercana a lo imposible, pero si no somos capaces de conseguir,
que nuestra especie pueda vivir en paz y sin dificultades, nunca avanzaremos de
verdad como especie.
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